Objetivo

El objetivo de este blog es compartir textos que puedan ser útiles en todas las ramas del conocimiento cristiano, sobre todo, aquellos que conciernen a nuestros tiempos y crear en la iglesia de Jesucristo, una educación acorde con el propósito de las Escrituras. Como creyentes, hemos sido llamados para dar razón de nuestra fe hacia quienes no conocen de Jesús y más que todo, quienes contienden contra ella. Por supuesto, la intención es prepararnos en el conocimiento de la Biblia para brindar respuestas concretas a los asuntos del siglo XXI, mediante artículos de interés con estilo académico que sean de edificación para sus vidas.

domingo, 30 de mayo de 2010

Rol político de los cristianos evangélicos


El pastor chileno David Hormachea, autor de importantes libros sobre la familia dentro de la perspectiva cristiana, tras conocer la división de los cristianos en Chile en cuanto a elegir candidato (Sebastián Piñera y Eduardo Frei) y la extralimitación de muchos líderes, brinda criterios para que como creyentes votemos a conciencia -claro está, guiados por Dios- y sepamos mantener el espíritu de unidad dentro de la iglesia.

Vale la pena decir que como cristianos debemos analizar la realidad social a través de la autoridad de la Biblia, no alienarse hacia una ideología política en particular porque existe una bandera más grande que nos representa: Jesucristo.

-Los cristianos deben votar a conciencia, teniendo en cuenta si el candidato tiene más afinidad hacia nuestros principios. Es imposible que un aspirante al poder represente los valores evangélicos al 100%, por lo que es necesario sopesar los programas de Gobierno que tienen y ver cual está más cerca a los lineamientos de la Biblia.

-Votar a conciencia significa que usted vota de acuerdo a los valores cristianos, más no con intereses egoístas. El voto evangélico debe ser valórico, más allá de razones personales o contiendas sin sentido.

-Ni siquiera un candidato cristiano garantiza que represente al 100% nuestras creencias bíblicas, tampoco representa siempre la mejor opción. Si fuera así, los partidos evangélicos dominarían gran parte del escenario político en Occidente.

-Entendamos que cuando un cristiano hace un pacto con un partido político o candidato, ese acuerdo es mi contrato. Seamos precavidos porque existen otros grupos sociales, económicos y religiosos que buscan también sus intereses; algunos de ellos alejados de la perspectiva evangélica (por ejemplo: minorías sexuales y proabortistas).

-No quiere decir que nos vayamos a los extremos: que seamos apolíticos o nos involucremos de lleno a un partido político. Hay que ser equilibrados y busquemos que nuestra voz como cristianos sea escuchada por todos los partidos, independientemente de su ideología. Si algún partido desea trabajar con nosotros, analizemos las prospuestas y actuemos en base a la Biblia.

-Respetemos los principios de un estado aconfesional y más bien que la iglesia cristiana sea de influencia para el Gobierno, más no al contrario.

-Preocúpemonos de elegir a un candidato que busque cambiar drásticamente los valores de una sociedad, sobre todo aquellos que conciernen a la vida cristiana.

-No imponer desde el púlpito que "votemos por tal candidato". Tengamos absoluto respeto por el voto ajeno para no causar división en la iglesia cristiana.

-Mirar más los valores que representan los candidatos que su trayectoria o vida. Ningún cristiano puede dudar que un gobierno ateo busque quitar los valores religiosos de una sociedad; si llega a suceder, es "mea culpa" por permitir que nuestro voto lo haya llevado al poder.

-La Biblia es clara con respecto a las alianzas políticas: no existe ningún versículo que apoye alguna ideología o sistema político. El profeta Isaías denuncia las opresiones que causan los gobernantes injustos sobre los pobres (Isaías 10: 1-4), el profeta Daniel exhorta al rey de Babilonia para que vuelva a los caminos del Señor (Daniel 5: 18-28) y Jesucristo a todos los gobiernos que no cumplen las leyes.

-Si bien es cierto que todas las autoridades son impuestas por Dios, no quiere decir que estén exentas de dar cuentas sobre sus actos. La justicia divina es para todos y los gobernantes están en la tierra para promover el bien y castigar la maldad. De ellos dependen si cumplen o no.

-El cristiano que anula su voto está permitiendo que los candidatos contrarios a nuestros valores tomen ventaja que aquellos a favor. El voto evangélico debe ser inteligente.

-Nuestra obediencia es hacia Dios y no para los hombres. Luchemos por nuestros valores así sea que nos lleven a prisión como hicieron con los cristianos de la era apostólica; debemos oponernos a todo gobernante que vaya en contra de la Palabra de Dios.

-No sacrifiquemos nuestros valores cristianos por prebendas, privilegios éconómicos y jurídicos, o éstatus. Los principios de la Biblia son innegociables y ninguno de los apóstoles dio su vida en vano, mucho menos para defender alguna ideología política. Nuestra principal razón es Jesucristo y llevar el evangelio a toda criatura.

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