Objetivo

El objetivo de este blog es compartir textos que puedan ser útiles en todas las ramas del conocimiento cristiano, sobre todo, aquellos que conciernen a nuestros tiempos y crear en la iglesia de Jesucristo, una educación acorde con el propósito de las Escrituras. Como creyentes, hemos sido llamados para dar razón de nuestra fe hacia quienes no conocen de Jesús y más que todo, quienes contienden contra ella. Por supuesto, la intención es prepararnos en el conocimiento de la Biblia para brindar respuestas concretas a los asuntos del siglo XXI, mediante artículos de interés con estilo académico que sean de edificación para sus vidas.

sábado, 29 de mayo de 2010

¿Tabúes sexuales evangélicos?


¡Tu estatura es semejante a la palmera,

y tus pechos a los racimos!
Yo dije: subiré a la palmera, asiré sus ramas
Deja que tus pechos sean como racimos en vid. Y el olor de tu boca como manzanas y tu paladar como el buen vino,
que se entra a mi amado suavemente y hace hablar los labios de los viejos.

(Cantares 7: 7-9)

¿Tenemos un problema con el Dios de la Biblia al hablar de sexo y erotismo? La RAE define erotismo como "perteneciente o relativo al amor sensual" ¿Acaso no hace referencia a ese tipo de amor que está inherente en el anterior pasaje y en todo el libro del Cantar de los Cantares?

Sin embargo, uno de los tabúes más comunes en las iglesias evangélicas radica en el tema del sexo; lo ven como un acto de vergüenza, sólo referente para hablarlo en el matrimonio o en el más extremo de los casos, como algo diabólico. Desafortunadamente, la enseñanza de la sexualidad en gran parte del cristianismo evangélico ofrece una enseñanza muy pobre y alejada de la realidad, mientras para los no creyentes dejó de ser "algo raro" desde hace tiempo.

Como definíamos anteriormente, el significado de erotismo da cabida para entender que el sexo sí tiene una concepción bíblica y una evidencia clara es el libro del Cantar de los Cantares, que está registrado dentro del canon del Antiguo Testamento como un libro inspirado por el espíritu de Dios.

El problema está indefectiblemente en identificar los términos sexo y erotismo como sinónimos de pornografía y adulterio, algo que lógicamente es absurdo: es como decir que "comer lleva a la gula y por lo tanto, no debemos comer"; así ocurre también con la oración: "no debemos orar porque la mayoría de las oraciones son mal hechas, peor ofrecidas a falsos dioses y no debemos caer en la idolatría". Ésto meramente raya con la imaginación y la fantasía.

Una cosa es decir que la distorsión de una acción conlleva al pecado (de hecho, así es) y otra muy distinta es que la tergiverzación ocurra por nuestros prejuicios o sencillamente, no reflexionar sobre el asunto. Creo que es precisamente lo que está pasando, cuando como cristianos debemos evaluar las cosas teniendo como epicentro a la Palabra de Dios.

Por otro lado, dicen que cuan mayor sea el tabú dentro de los grupos religiosos, mayor es el desorden sexual que existe, una cuestión que no sorprende tanto. Legalistas y fundamentalistas dirían que hablar abiertamente del sexo conduce a la pornografía o al adulterio; craso error porque no existe un estudio serio que corrobore dicha afirmación, pero sí tenemos aquellos que confirman lo contrario.

Por esa misma razón, no veo ningún vínculo entre las charlas abiertas de sexo con participar del pecado, ya sea por la pornografía y la fornicación. El sexo es de Dios y no algo que la iglesia deba avergonzarse para considerarlo como un tema mundano, pues para ellos el sexo dejó de ser un misterio hace tiempo.

Nota: se toma como referencia los comentarios de Luis Marián, director de la agrupación evangélica Delirante.org y columnista de opinión del diario electrónico protestantedigital.com, sobre el problema de muchos cristianos con el sexo.

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