Objetivo

El objetivo de este blog es compartir textos que puedan ser útiles en todas las ramas del conocimiento cristiano, sobre todo, aquellos que conciernen a nuestros tiempos y crear en la iglesia de Jesucristo, una educación acorde con el propósito de las Escrituras. Como creyentes, hemos sido llamados para dar razón de nuestra fe hacia quienes no conocen de Jesús y más que todo, quienes contienden contra ella. Por supuesto, la intención es prepararnos en el conocimiento de la Biblia para brindar respuestas concretas a los asuntos del siglo XXI, mediante artículos de interés con estilo académico que sean de edificación para sus vidas.

domingo, 30 de mayo de 2010

Rol político de los cristianos evangélicos


El pastor chileno David Hormachea, autor de importantes libros sobre la familia dentro de la perspectiva cristiana, tras conocer la división de los cristianos en Chile en cuanto a elegir candidato (Sebastián Piñera y Eduardo Frei) y la extralimitación de muchos líderes, brinda criterios para que como creyentes votemos a conciencia -claro está, guiados por Dios- y sepamos mantener el espíritu de unidad dentro de la iglesia.

Vale la pena decir que como cristianos debemos analizar la realidad social a través de la autoridad de la Biblia, no alienarse hacia una ideología política en particular porque existe una bandera más grande que nos representa: Jesucristo.

-Los cristianos deben votar a conciencia, teniendo en cuenta si el candidato tiene más afinidad hacia nuestros principios. Es imposible que un aspirante al poder represente los valores evangélicos al 100%, por lo que es necesario sopesar los programas de Gobierno que tienen y ver cual está más cerca a los lineamientos de la Biblia.

-Votar a conciencia significa que usted vota de acuerdo a los valores cristianos, más no con intereses egoístas. El voto evangélico debe ser valórico, más allá de razones personales o contiendas sin sentido.

-Ni siquiera un candidato cristiano garantiza que represente al 100% nuestras creencias bíblicas, tampoco representa siempre la mejor opción. Si fuera así, los partidos evangélicos dominarían gran parte del escenario político en Occidente.

-Entendamos que cuando un cristiano hace un pacto con un partido político o candidato, ese acuerdo es mi contrato. Seamos precavidos porque existen otros grupos sociales, económicos y religiosos que buscan también sus intereses; algunos de ellos alejados de la perspectiva evangélica (por ejemplo: minorías sexuales y proabortistas).

-No quiere decir que nos vayamos a los extremos: que seamos apolíticos o nos involucremos de lleno a un partido político. Hay que ser equilibrados y busquemos que nuestra voz como cristianos sea escuchada por todos los partidos, independientemente de su ideología. Si algún partido desea trabajar con nosotros, analizemos las prospuestas y actuemos en base a la Biblia.

-Respetemos los principios de un estado aconfesional y más bien que la iglesia cristiana sea de influencia para el Gobierno, más no al contrario.

-Preocúpemonos de elegir a un candidato que busque cambiar drásticamente los valores de una sociedad, sobre todo aquellos que conciernen a la vida cristiana.

-No imponer desde el púlpito que "votemos por tal candidato". Tengamos absoluto respeto por el voto ajeno para no causar división en la iglesia cristiana.

-Mirar más los valores que representan los candidatos que su trayectoria o vida. Ningún cristiano puede dudar que un gobierno ateo busque quitar los valores religiosos de una sociedad; si llega a suceder, es "mea culpa" por permitir que nuestro voto lo haya llevado al poder.

-La Biblia es clara con respecto a las alianzas políticas: no existe ningún versículo que apoye alguna ideología o sistema político. El profeta Isaías denuncia las opresiones que causan los gobernantes injustos sobre los pobres (Isaías 10: 1-4), el profeta Daniel exhorta al rey de Babilonia para que vuelva a los caminos del Señor (Daniel 5: 18-28) y Jesucristo a todos los gobiernos que no cumplen las leyes.

-Si bien es cierto que todas las autoridades son impuestas por Dios, no quiere decir que estén exentas de dar cuentas sobre sus actos. La justicia divina es para todos y los gobernantes están en la tierra para promover el bien y castigar la maldad. De ellos dependen si cumplen o no.

-El cristiano que anula su voto está permitiendo que los candidatos contrarios a nuestros valores tomen ventaja que aquellos a favor. El voto evangélico debe ser inteligente.

-Nuestra obediencia es hacia Dios y no para los hombres. Luchemos por nuestros valores así sea que nos lleven a prisión como hicieron con los cristianos de la era apostólica; debemos oponernos a todo gobernante que vaya en contra de la Palabra de Dios.

-No sacrifiquemos nuestros valores cristianos por prebendas, privilegios éconómicos y jurídicos, o éstatus. Los principios de la Biblia son innegociables y ninguno de los apóstoles dio su vida en vano, mucho menos para defender alguna ideología política. Nuestra principal razón es Jesucristo y llevar el evangelio a toda criatura.

¿Tabúes sexuales evangélicos? (III)


La perspectiva bíblica y realidad evangélica

La idea original de Dios fue que tanto Adán y Eva se multiplicaran para llenar la tierra ¿cómo se lograría eso? A través del sexo y la procreación. El erotismo sí era bien visto delante de Dios para su creación como algo inmaculado, lejos de la distorsión del pecado, tal como nos relatan los dos primeros capítulos de Génesis. Además, el hombre estaba en su desnudez -que era normal en su condición- pero a raíz de la caída, el plan de Dios se pervirtió y la vergüenza ante su cuerpo fue producto de esa acción. Por lo tanto, el pecado originó el tabú y no fue a la inversa.

Observemos que cuando Dios crea al hombre a su imagen y semejanza (Génesis 1: 26), lo primero que le dice es "multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra" (v.28); no le asevera "crea una iglesia" o "mántente en ayuno" (...). La importancia del sexo en la creación del ser humano expresa la profundidad espiritual que es inherente con su existencia, en el mismo nivel que la línea de autoridad. Es más, concluye el Señor en afirmar "todo lo que había hecho era bueno" (v.30) ¿por qué entonces inducir que el sexo es malo?

Para el colmo de los casos, hay quienes afirman que el pecado de la humanidad fue a través de las relaciones sexuales. No sé cual sea su base de apoyo para defender esa teoría (que por cierto es descabellada), pero quien lee los tres primeros capítulos del Génesis, no llegaría a esa conclusión. Entonces ¿cómo afectó la desobediencia del ser humano con respecto al sexo?, el plan original de la procreación no cambió en lo absoluto, su concepción original se mantuvo y la unión de un hombre y una mujer para la procreación también. Sin embargo, la llegada del pecado conlleva a su distorsión y empieza su desviación hacia las inmoralidades que se mencionan a lo largo de la Biblia, tales como el adulterio y la fornicación.

De todas maneras, se ha creado ese mito sobre el sexo y debe ser cortado a la luz de la Palabra de Dios que, paradójicamente, le dedica un libro: Cantar de los Cantares.


La esencia del Cantar de los Cantares

Su nombre en el hebreo original es Shir Ashirim que significa el "más hermoso de los cantos" o el "poema más sublime". Consiste en un poema distribuido en estrofas que narran el sentimiento recíproco de dos esposos que se aman de manera apasionada, expresado en el más alto nivel literario (se emplean metáforas y símiles para entender el amor entre los dos amantes), donde el sexo adquiere una dimensión espiritual excelsa.

El libro menciona tres palabras claves para entender el amor entre un hombre y una mujer:

-Raya: traduce literalmente como amigo (a) y compañero (a), hasta el punto de considerarse "almas gemelas". Esto quiere decir que el centro de la relación entre dos amantes está basado en una profunda amistad.

-Ahava: significa gran cariño y representa también ese deseo de querer estar con alguien, al punto que tu corazón se duele; es sincronizar tus pensamientos y tus sentimientos hacia esa persona especial, sin pensar en otra cosa: en pocas palabras, estar en las nubes y perdernos en su pensamiento. Expresa un vínculo tan fuerte como la muerte; un fuego que ni las aguas lo apagan (Cantares 8: 2); tomar esa decisión de unir tu vida con la otra persona y que vaya más allá de sentimientos fugaces. Es el motor que mantiene andando el carro del amor.

-Dod: es la dimensión física del amor, que va ligado a la parte sexual dentro del vínculo matrimonial. De ahí procede la palabra griega eros, que en nuestro idioma equivale a erótico.

¿Se puede considerar una casualidad que la Biblia contenga la palabra erotismo para describir la parte sexual entre dos amantes? Y eso que en el hebreo original, el libro de los Cantares suele ser más erótico que en el español.

¿Qué decía Jesucristo?

La Iglesia Católica, por ejemplo, asevera como una de sus razones de peso que la condición célibe de Jesucristo, es válida para afirmar que sus sacerdotes y obispos deben mantener esa condición en forma vitalicia, es decir, toda la vida. Si bien ésto no fue así al principio, la Iglesia de Roma establece que todo el clero debe abstenerse de contraer matrimonio, siguiendo el ejemplo de Jesús. ¿Tienen razón? Veamos porqué no.

Las Sagradas Escrituras nos dan constancia de que Jesús se mantuvo soltero en toda su instancia en la tierra. No existe un sólo vestigio que indique sobre si tuvo una vida matrimonial o peor aún, si llegó a tener hijos. Hasta ahí la teoría católica tiene validez. Sin embargo, Jesucristo dio principios claros sobre la sexualidad humana y no creo que se haya apenado cuando le preguntaron al respecto.

Jesucristo también afirma que "el hombre dejará a su madre y a su padre, para unirse con su mujer y llegar a ser una sola carne". El Mesías corrobora las palabras dichas en Génesis, dentro del plan original que Dios establece para el hombre, que tampoco se ve afectado por la desobediencia del ser humano. Por lo tanto, el sexo sigue cumpliendo una misión procreadora de vida y la prueba de conocimiento excelsa entre un hombre y una mujer, por supuesto, dentro del matrimonio.

La palabra dejar es en el hebreo azab que significa "permitir, dejar" y la palabra unirse que se emplea en Génesis es dabaq que quiere decir "adherirse, pegarse fuertemente a, juntarse"; equivalente al griego proskoiao empleada por Jesucristo en Mateo 19: 6. Bajo esta perspectiva, la esencia del matrimonio -y por ende de la sexualidad- no se pierde como tal y el Hijo de Dios no escatima tiempo en decir las cosas sin tapujos ni mucho menos vaticinar que quienes están a su servicio, deben ser célibes vitaliciamente.

Ahora, cuando Jesús habla alegóricamente de los eunucos, no se refiere literalmente a las personas castradas en los tiempos antiguos para proteger a las mujeres de los reyes. Explica que los que nacen eunucos son aquellos que tienen el don de celibato (como el apóstol Pablo) y pueden guardarse en castidad toda la vida y los que se hacen eunucos por el reino de los cielos, son aquellos que por voluntad propia, han decidido ser solteros hasta la muerte para servir a la causa de Jesucristo.

Asimismo, Pablo acuña la frase "estarse quemando", lo que quiere decir castizamente "me estoy muriendo de las ganas". El apóstol no actúa como desconocedor de las necesidades de los solteros ni dice que eso sea un pecado (malo está en lo que hacemos con lo que sentimos), es natural que existan estos impulsos y por eso les recomienda, en caso de que no puedan mantener la condición de celibato, que se casen. No veo por ningún lado que para servir a Cristo, haya que renunciar al amor de una mujer ni vivir con esos estereotipos con el sexo.

Ésto quiere decir que Jesucristo y el apóstol Pablo son dos referentes de la soltería para servir en el reino de los cielos, pero ninguno de ellos lo tomó como una imposición, tampoco para los demás creyentes. La honestidad de estos hombres indica que es importante seguir con los lineamientos de las Escrituras y que el sexo es una parte importante del plan de Dios, donde dos personas (hombre y mujer) se amalgaman en una sola carne para expresarse su amor toda la vida.

Si para Jesús -también para Salomón y Pablo- fue grato declarar los principios divinos de la sexualidad, sin desprenderse del plan original de Dios y el erotismo del Cantar de los Cantares, cuyas analogías sirven también para explicar la unión entre Cristo y su iglesia, entonces, ¿por qué para la iglesia evangélica el sexo se ha convertido en un tabú, hasta el punto de satanizarlo?

En la próxima entrega lo veremos.

Nota: vale la pena aclarar que se pueden abordar las explicaciones de una sola carne y otros conceptos en este artículo, sin embargo, creo que este tema y todo lo relacionado con el matrimonio ha sido tocado ya por la literatura, y existe mucha bibliografía al respecto.

sábado, 29 de mayo de 2010

¿Tabúes sexuales evangélicos? (II)


-La confusión sexual


Para Marián, los tabúes sexuales son dañinos para la iglesia cristiana y tienen más bien raíces paganas, contrarias a la perspectiva bíblica. Todo parece indicar que se sigue el dualismo platónico, donde el cuerpo y el alma son unidades incompatibles entre sí; por lo que dicha dicotomía -que era propia de grupos gnósticos del siglo primero- perduran aún en nuestros días dentro del cristianismo bíblico.

Además, no es del todo cierto afirmar que existe un total desprendimiento de la doctrina católica. La visión evangélica no tiene nada que envidiarle a la católica, debido a que el sexo sigue siendo un tema que causa vergüenza y pudor; se siguen los viejos patrones que son propios de un ultraconservadurismo que pretende satanizar todo lo "moderno", sin analizar minuciosamente lo que dicen las Escrituras. Luego, salen a decir que no hay ninguna influencia extrabíblica (cuando eso es imposible) o no existen rudimentos de la iglesia de Roma.

Se sigue insistiendo que las iglesias deben hablar mucho más de sexo ante una sociedad donde todo huele a él. Basta con echarle un vistazo a los anuncios publicitarios con mensajes calientes o mujeres semidesnudas, producto de estrategias de mercadeo para obtener más clientes. La iglesia no debe meter la cabeza en el hueco como el avestruz, sino dar la cara ante una generación que está creciendo en una dimensión distorsionada de la sexualidad, respondiendo todas las inquietudes de los jóvenes creyentes, frente a un mundo que también tiene (y mucho más) que responder.

El problema es que muchas iglesias caen en el error de idealizar el sexo como si se pudiera tratar de manera irreal (como si estuviésemos antes de la caída del hombre), soslayando las tentaciones que tenemos todos frente a él. Para el peor de los casos, se crea un mito: cuando te casas, desaparecerá la tentación, pero esta afirmación es demasiado débil, porque el problema de la sexualidad no va intrínseco con la condición civil, sino con el pecado original.

Y si el tema del sexo es tocado, sólo hace referencia a la advertencia para los solteros sobre las relaciones pre-matrimoniales, por lo que no se ofrece una visión integral del mismo. Ahí surge otro inconveniente: lo prohibido da curiosidad, algo intrínseco a la juventud (como si los jóvenes cristianos no están exentos de caer). La idea es fomentar que el sexo es bueno y bello, tal como lo concibe Dios, pero también enseñar cómo se pervirtió tras la caída del hombre y cómo enfrentar las tentaciones que hay en un mundo impregnado de sexo.

Los jóvenes necesitan un espacio donde puedan preguntar abiertamente y expresar sus dudas, pues si somos realistas, las preguntas sobre el sexo son las primeras que salen a la luz y que más hacen ante el medio. Ya basta de tantas parafernalias de buscar especialistas en la materia (no quiero decir que sea malo) o estudiar el tema en seminarios; el sexo requiere ser hablado sin tapujos y correctamente.

Todo esto indica que la iglesia tiene dos desafíos sobre el tema del sexo: en el campo literario y en el teológico. Con respecto al primero, falta literatura seria y profunda (se enfocan más en el sexo de los ángeles, que del nuestro) para responder a todas las inquietudes de los jóvenes, sin vergüenza y sonrojeces. El segundo, para desprenderse de la influencia pagana que tanto ha trastocado al cristianismo, sin necesidad de analizar si está acorde a los lineamientos de la Biblia o no; así también dejar de mirarlo como algo satánico.

La Biblia es enfática en la manera cómo usamos nuestro cuerpo y ver el sexo como una creación de Dios no es la excepción: "Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera" (Génesis 1:31) ¿Por qué entonces no le damos la importancia que Dios sí le da en las Escrituras? He ahí nuestro reto.

¿Tabúes sexuales evangélicos?


¡Tu estatura es semejante a la palmera,

y tus pechos a los racimos!
Yo dije: subiré a la palmera, asiré sus ramas
Deja que tus pechos sean como racimos en vid. Y el olor de tu boca como manzanas y tu paladar como el buen vino,
que se entra a mi amado suavemente y hace hablar los labios de los viejos.

(Cantares 7: 7-9)

¿Tenemos un problema con el Dios de la Biblia al hablar de sexo y erotismo? La RAE define erotismo como "perteneciente o relativo al amor sensual" ¿Acaso no hace referencia a ese tipo de amor que está inherente en el anterior pasaje y en todo el libro del Cantar de los Cantares?

Sin embargo, uno de los tabúes más comunes en las iglesias evangélicas radica en el tema del sexo; lo ven como un acto de vergüenza, sólo referente para hablarlo en el matrimonio o en el más extremo de los casos, como algo diabólico. Desafortunadamente, la enseñanza de la sexualidad en gran parte del cristianismo evangélico ofrece una enseñanza muy pobre y alejada de la realidad, mientras para los no creyentes dejó de ser "algo raro" desde hace tiempo.

Como definíamos anteriormente, el significado de erotismo da cabida para entender que el sexo sí tiene una concepción bíblica y una evidencia clara es el libro del Cantar de los Cantares, que está registrado dentro del canon del Antiguo Testamento como un libro inspirado por el espíritu de Dios.

El problema está indefectiblemente en identificar los términos sexo y erotismo como sinónimos de pornografía y adulterio, algo que lógicamente es absurdo: es como decir que "comer lleva a la gula y por lo tanto, no debemos comer"; así ocurre también con la oración: "no debemos orar porque la mayoría de las oraciones son mal hechas, peor ofrecidas a falsos dioses y no debemos caer en la idolatría". Ésto meramente raya con la imaginación y la fantasía.

Una cosa es decir que la distorsión de una acción conlleva al pecado (de hecho, así es) y otra muy distinta es que la tergiverzación ocurra por nuestros prejuicios o sencillamente, no reflexionar sobre el asunto. Creo que es precisamente lo que está pasando, cuando como cristianos debemos evaluar las cosas teniendo como epicentro a la Palabra de Dios.

Por otro lado, dicen que cuan mayor sea el tabú dentro de los grupos religiosos, mayor es el desorden sexual que existe, una cuestión que no sorprende tanto. Legalistas y fundamentalistas dirían que hablar abiertamente del sexo conduce a la pornografía o al adulterio; craso error porque no existe un estudio serio que corrobore dicha afirmación, pero sí tenemos aquellos que confirman lo contrario.

Por esa misma razón, no veo ningún vínculo entre las charlas abiertas de sexo con participar del pecado, ya sea por la pornografía y la fornicación. El sexo es de Dios y no algo que la iglesia deba avergonzarse para considerarlo como un tema mundano, pues para ellos el sexo dejó de ser un misterio hace tiempo.

Nota: se toma como referencia los comentarios de Luis Marián, director de la agrupación evangélica Delirante.org y columnista de opinión del diario electrónico protestantedigital.com, sobre el problema de muchos cristianos con el sexo.

jueves, 27 de mayo de 2010

El modelo de Jesús aplicado a la gerencia del siglo XXI


Jesucristo es, sin duda alguna, el modelo a seguir que tenemos como cristianos y el líder espiritual de nuestras vidas. Aún así, su vida y sus enseñanzas nos reflejan un ejemplo de liderazgo visionario que se puede aplicar a la gerencia de nuestro siglo.

Tom Peters, el gurú de la administración moderna después de Peter Drucker, afirma que el liderazgo es la única vía para alcanzar el éxito y aunque existe mucha literatura sobre el tema, no se debe confundir con las historias de personas obsesionadas por liderar un grupo u organización.

Pero el modelo de Jesús es diferente: su gestión empresarial se basó en el amor y promovió el evangelio de salvación para toda la región de Judea y luego a todas las naciones, labor gestada por su iglesia aún en nuestros días. Jesucristo no sólo representa un ejemplo a seguir para la humanidad, sino fue el mejor gerente de recursos humanos que haya existido: conformó un grupo de hombres desconocidos por la sociedad de la época, pero que se comprometieron con su vida y su testimonio para continuar la empresa de su Maestro.

Es tan exitoso su liderazgo, que influenció enormemente en las vidas de sus escogidos. Jesús conforma un equipo "staff" de doce hombres que no contaban con los competencias necesarias para su misión: carentes de educación y formación teológica, procedencias dudosas, conflictivos y temerosos; aún así, se convierten en los emisarios de los inicios de la iglesia cristiana y reflejan el carácter de líder que su maestro acuñó en sus tres años de aprendizaje.

Jesús posee las características de un verdadero líder que se requieren en las empresas de nuestro tiempo: el autodominio, la fortaleza de sus acciones y la fortaleza de las relaciones.


El autodominio

"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida" (Proverbios 4: 23)

- Jesús sabía quien era: el evangelio de Juan nos ilustra que Jesucristo siempre se identificaba con "Yo soy" y concebía esa imagen como Hijo de Dios. Un verdadero líder sabe quien es dentro de su organización y mantiene una visión favorable de sí mismo, por eso decía el rey Salomón que el hombre es conforme a lo que son sus pensamientos.

- Mantenía comunicación con su jefe: los evangelios nos relatan que Jesús siempre se levantaba muy temprano por las mañanas para orar a su Padre; todos los días y era un momento ininterrumpible. Como líder, es importante que regularmente mantenga una comunicación con su jefe o supervisor; así proveer una visión más clara sobre los objetivos de la empresa y la manera como llevarlos a cabo.

-Compromiso total con su misión: el apóstol Pablo escribe la manera como Jesucristo iba a llevar su misión de principio a fin, desde su humillación para hacerse como los hombres hasta su muerte de cruz, sin soslayar ningún aspecto. Jesús pudo recurrir a atajos, dejar a medias su trabajo y hacer otras cosas; pero se mantuvo fiel a lo encomendado por su Padre y nunca se dejó distraer por algo ni alguien. Un líder debe enfocarse siempre en su trabajo, lo que su cargo implica y discernir sobre aquellas circunstancias que representen más bien distractores, más no en los objetivos de su área o empresa.

-Creer en sí mismo: Jesús nunca vaciló con la posición que tenía como hijo de Dios y llevó a cabo su misión con todas las herramientas que le habían sido asignadas, además mantuvo su fe en lo más alto e impartió esa noción a sus discípulos. El líder debe estar convencido de su importancia dentro de la organización y no puede permitir ambivalencias sobre lo que es dentro de ella; un líder endeble es un impedimento para crear sinergia en sus empleados y peor aún, desconocer el potencial que existe dentro de él/ella.

-No perdía su tiempo: a menudo suelen ocurrir circunstancias triviales que desgastan nuestra salud interior y/o acaban con nuestra motivación para hacer el trabajo. Jesús no perdía su tiempo tratando de responder a todas las críticas de sus enemigos, convencer a los demás que lo siguieran o desanimarse cuando no veía frutos en los discípulos. Un verdadero líder hace buen uso del tiempo y es consciente de que sus energías se agotan; por tal motivo, debe usarlas para sus prioridades y cumplir con los objetivos asignados.

-Hacer cosas difíciles: Jesús se caracterizó por hacer de lo imposible, algo posible; dio soluciones en los momentos inesperados y fue firme en cumplir con lo difícil de su misión aun si los discípulos le decían lo contrario. Los líderes deben tener determinación personal para llevar a cabo sus objetivos, ser audaces en la toma de decisiones a pesar de que implique tomar riesgos o recibir oposición de sus subalternos.

-Ser agradecidos: el Mesías mostró siempre gratitud porque tenía un corazón dispuesto para escuchar las peticiones de los demás y lleno de amor para expresarla. Es aquí donde el líder dispone de dar gracias siempre por los favores que se le otorgan, ya sea de sus superiores o de quienes administra.

-Sentido de pertenencia: Jesús fue leal a su empresa y nunca desistió de cumplirla, a pesar de las circunstancias. Asimismo, la pertenencia significa posesión permanente y el Mesías no tomó la vida para sí mismo, sino para darla por otros. Aún así, el líder sabe que tiene poder sobre las cosas y las considera como suyas.

-No juzgar a nadie: algo que quita tiempo y desgasta nuestras energías, es estar pendientes de los errores de los demás. Cristo no vino a juzgar al mundo, sino que éste fuera salvo por causa de él y el amor de Dios (Juan 3:16-17); así un líder que juzga deliberadamente estanca el crecimiento de la empresa y crea mal ambiente entre los empleados.

-Expresar convicciones: a menudo y en voz de mando, Jesús expresaba lo que percibía de las situaciones y la vida de las personas. Un líder debe saber lo que siente y expresarlo a los demás, ayudando a sus empleados para que también lo hagan. Sin convicciones, se pierde la esencia de cumplir cabalmente los objetivos.

Continúa en la siguiente entrega.